La Parca
La sangre de su madre corre por sus venas
Yació mísera, recostada sobre sueños incumplidos
Esperando que la noche cayera, segura de su visita
Murió con un suspiro de alivio
Exhalado entre crujidos de huesos astillados
Observa sus manos
Tan similares a las suyas
No pudo sostenerlas mientras moría
Al igual que nadie sostendrá las suyas
Los cuervos gritan tras el cristal
Ojos negros la observan
Clama al cielo, todavía siente un atisbo de fe
La parca llega envuelta en una decadente nebulosa
Todo es oscuridad
Aquí no hay paz
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