El Rezo Desoído
Llanto, dolor y desencanto.
Mirada trágica, drama en escena.
En su casa no se puede hacer ruido.
Los pájaros huyen de sus nidos al oír las campanas.
Pasos por el barro hacia el más allá.
¿Dónde estará? ¿Lo busco o espero?
Siento que muero, mis entrañas en descomposición.
¡Quiero su carne, tirarle del pelo, morderle!
¡Besarle con anhelo, que sienta mi desesperación!
Se vuelve a perder entre la niebla
Amargo recuerdo de sucia lluvia.
Nunca sale el sol, solo nubes bajas que me arrastran con el viento.
Huyo de mi descontento.
Grito, las manos al aire, arrodillada ante ese que no
escucha.
En casa de la que no tiene llave.
Poco consuelo hayo en ese templo frio.
Madre, estas allí, escuchas mi lamento.
Silencio, solo silencio.
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